Nací en San Cristóbal, Táchira, Venezuela en 1978. Crecí entre Barrio Obrero y La Ermita; me gradué de bachiller en ciencias, entre el baloncesto de los 90 y las caricaturas, influenciadas por mi hermano y Condorito. Mi padre desde niño me enseñó a manejar los materiales de cemento, y mi madre me indicó el sendero del dibujo . Estuve en el Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, en Palmira; allí comencé haciendo carteleras, seguí en las caricaturas y descubrí que podía ser escenógrafo en festivales y que podía tocar guitarra. Solo estuve tres años, porque decidí ser artista, contagiado por los dibujos de José Luis Cortés y las canciones de Ricardo Arjona. Me fui a Italia, con la ayuda de mi hermano, y entre Roma y Trevi nel Lazio, me contagié aún más de las artes; el destino me devolvió a San Cristóbal. Me hice diseñador gráfico, y tuve la influencia de grandes artistas como Omau y Gabriela Arias; me inicié en la escultura gracias a Giovanni Porras, he estado aprendiendo del colorido en el taller de Ciro Rivas, y muchos artistas me ha dado sus consejos. Trabajé en Diario de los Andes, en donde publiqué por primera vez mis comics. En Diario Católico he publicado mis trabajos de reflexión sobre el Evangelio en comics. Gracias a Omau me inicié en la revista mundo mágico, en la cual he desarrollado parte de mis comics, ahora digitales. En la revista Splendor he desarrollado mi aporte al diseño gráfico. Estudié educación y me hice profesor de bachillerato y de universidad. Combino la filosofía con las artes visuales y el diseño gráfico: ese es mi estilo de vida. Soy caricaturista por naturaleza, pero desde hace unos años ando en la búsqueda de algo novedoso, hacia una interiorización del pensamiento.